Nueva agenda de desarrollo y gobierno neoliberal

Michel Foucault fue uno de los filósofos más importantes del siglo XX. Entre otras muchas cosas, Foucault realizó una genealogía de las formas de gobierno occidentales. Lo que pretendía, era averiguar cómo habían cambiado las lógicas por las que los individuos y las colectividades somos gobernados y también nos autogobernamos.

Tras él, muchos autores de distintas escuelas de ciencias sociales han utilizado sus premisas para construir lo que se ha denominado “Estudios de gubernamentalidad”. Estos estudios pretender estudiar de manera aplicada las lógicas que están implícitas en las formas de gobierno y la política contemporánea. Así, y pegados a Foucault, una de la lógicas fundamentales del gobierno de nuestras sociedades en el mundo contemporáneo es la lógica de gobierno neoliberal (es importante no confundir esto con la ideología económica neoliberal que, si bien relacionada, hace referencia a otros cosas de las que aquí no hablamos).

Por lógica de gobierno neoliberal me refiero a las formas en que, a partir de los años 60-70, comienzan a gobernarse nuestras sociedades (con los correspondientes cambios en los estados). En la lógica neoliberal la represión directa vía polícia (el disciplinamiento) disminuye siendo esta mucho más difusa y correspondiendo a los propios individuos que se autogobiernan. El mecanismo de autogobierno pasa por la diferenciación, es decir, por la explotación por parte del poder de las diferencias entre individuos y colectivos con el objetivo de categorizar a distintas poblaciones. Así, frente a una lógica de la igualación que por ejemplo aporta el enfoque de derechos (que iguala a todas las personas en cuanto titulares de los mismos) el enfoque neoliberal, a partir de esta lógica de la diferenciación, categoriza a los individuos y aplica políticas distintas a partir de estas categorías.

En la negociación y resultado de los nuevos ODS (aquí el último borrador) hay un claro reflejo de ello. El hincapié que se ha puesto en el principio de “no dejar a nadie atrás” es un buen ejemplo. Para hacer efectivo este principio se ha comenzado definiendo quiénes están atrás. Así, «los pobres y los vulnerables» están en el corazón del problema del desarrollo en los nuevos ODS. A los pobres y los vulnerables es a los que no hay que dejar atrás de los que “no son pobres y vulnerables”. La lógica de la diferenciación trabajando a todo trapo.

El objetivo 1 de la lista es la aplicación práctica de esta lógica. En todas las metas se habla de atender “particularmente a los pobres y vulnerables”. Lo que en la aplicación concreta pasa por “crear marcos de políticas basados en estrategias de desarrollo “pro-pobres” (meta 1.b). Categorizar como pobre o como vulnerable (y construir todo el aparato técnico-burocrático que hace estas categorías políticas operativas) supone aplicar esta lógica de la diferenciación. Y, en la medida en que se pretenda perfeccionar la estrategia «pro-pobre», la aumenta haciéndola más sofisticada.

Frente a la obligación de los estados de realizar los derechos de los que todos los ciudadanos en tanto que ciudadanos son titulares (un enfoque de derechos), la política pública neoliberal se desentiende de esta obligación atendiendo de una manera distinta a distintos grupos que previamente ha categorizado como vulnerables o pobres o con alguna necesidad especial. Ésta es la gubernamentalidad (racionalidad de gobierno) que está implícita en toda la declaración de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El problema no es la bondad o maldad del planteamiento “no dejar a nadie atrás”. El problema es que responde a una lógica que genera ciudadanos de primera (no vulnerables) y de segunda (vulnerable y ante los que el estado actúa de otra manera). Y las intenciones del principio son buenas, pero precisamente ésta es una de las herencias fundamentales de Foucault: la ambigüedad de nuestras intenciones cuando son atravesadas por el poder.

Imagen sociomemes. (http://sociomemes.tumblr.com/)

Imagen sociomemes. (http://sociomemes.tumblr.com/)

José Medina Mateos

Investigador en cooperación internacional y desarrollo. Formo parte del Grupo de Relaciones Internacionales de la UAM. He realizado investigaciones sobre cooperación descentralizada, coherencia de políticas y la agenda post2015. Actualmente trabajo en la Plataforma 2015 y más. Además, ando montando una asociación para fomentar la investigación crítica en ciencias sociales e intentando rescatar la historia de mi barrio.

José Medina Mateos
Investigador en cooperación internacional y desarrollo. Formo parte del Grupo de Relaciones Internacionales de la UAM. He realizado investigaciones sobre cooperación descentralizada, coherencia de políticas y la agenda post2015. Actualmente trabajo en la Plataforma 2015 y más. Además, ando montando una asociación para fomentar la investigación crítica en ciencias sociales e intentando rescatar la historia de mi barrio.

1 comentario

  1. Excelente artículo. Siempre es interesante ver como los discursos por muy progresistas que sean (o parezcan) llevan implicadas categorías y distinciones vinculadas al poder y a su ejercicio. Saludos, y gracias por el link.

    Responder

Dejarle una respuesta a Pablo Caraballo Cancel Reply

Email (no será publicado)Required fields are marked *

*

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

 


Sobre este blog: El objetivo de este blog es analizar la actualidad (amplia) del mundo del desarrollo a partir de la teoría de relaciones internacionales. Básicamente, lo que haré será coger un concepto o aproximación teórica (normalmente de orientación crítica: marxismo, postestructuralismo, feminismo) en relaciones internacionales y aplicarlo a un tema o asunto de relativa actualidad en nuestro mundillo. Los objetivos son dos: explicarnos a nosotros mismos estos conceptos y darnos herramientas para ver las cosas de otra manera. Tenderé a simplificar conceptos y teorías porque lo que se trata es de clarificarlos, no de competir por oscurecerlos.