Premios Enfoque, una mirada (ciudadana) crítica sobre el periodismo

Y si un día salimos a la calle de manera masiva y reivindicamos nuestro derecho a la información. ¿Se imaginan? Pancartas reclamando la responsabilidad periodística; exigiendo coberturas rigurosas sobre las realidades que nos afectan como humanidad; demandando análisis que contrarresten discursos dominantes que justifican lo injustificable. ¿Se imaginan?

No es algo tan extraño, ya lo hizo #YoSoy132 en México contra la poderosísima Televisa. Si algo tenía claro este movimiento ciudadano es que sin salud informativa no hay democracia posible.

La información es un derecho humano reconocido como tal en la Declaración de Derechos Humanos. A pesar de este reconocimiento, no existe una conciencia colectiva que nos lleve a exigir que sea plenamente garantizado -tal y como hacemos con otros derechos como la salud o la educación. De hecho, son escasas las iniciativas que fomentan y canalizan el deber ciudadano de vigilar el quehacer periodístico.

Un reconocimiento ciudadano

Hace tres años nacieron los Premios Enfoque, unos galardones que reconocen prácticas “enfocadas” o “desenfocadas” de medios de comunicación, programas o espacios, y periodistas. La particularidad de estos Premios es que no hay un jurado al uso, sino que es la ciudadanía la que decide quién los merece. En una primera etapa, profesionales de la comunicación y el periodismo sugieren nombres; quienes más votos reciben pasan a la segunda etapa en la que una votación ciudadana abierta arroja los resultados finales. En la tercera edición, recién celebrada, participaron 9.000 personas de todo el Estado español; una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta la corta trayectoria de la iniciativa.

Hay quienes cuestionan la necesidad de una categoría “desenfocada” por considerar que no es necesario ensañarse con ciertas prácticas. En realidad, no se trata tanto de un castigo como de recordarles que audiencia está alerta ante su trabajo, que deben mejorarlo para conseguir una labor periodística más enfocada y que tienen una responsabilidad social que deben asumir con rigor y profesionalidad.

Otra de las características de estos Premios es que por cada una de las categorías hay tres ganadores o ganadoras. Esto es así para reconocer distintas prácticas y no caer en la competitividad entre unos y otros. No pretendemos hacer rankings sino generar debate y promover la fiscalización ciudadana sobre el ejercicio periodismo.

Las graves consecuencias de la manipulación informativa

Vivimos tiempos de gravísimos ataques a la libertad de expresión y al derecho a la información. Asistimos a flagrantes manipulaciones de informaciones que justifican violaciones de los derechos humanos. Esto es intolerable. El caso de la crisis de refugiados está arrojando titulares que deberían avergonzarnos profundamente como humanidad. Ciertas coberturas informativas sobre la violencia de género o sobre la persecución policial y judicial a la libertad de expresión deberían pasar a la historia de la infamia. Desde hace tiempo, profesionales de los medios públicos vienen denunciando la censura que sufren en el día a día por parte de las direcciones. Algunos editoriales de la llamada prensa seria deberían ser objeto de estudio en las facultades de periodismo como ejemplos de manipulación informativa y complicidad con los poderes económicos y políticos. Qué más tiene que pasar para que, como el movimiento #YoSoy132, salgamos a la calle y digamos ¡basta!

Impertinencia periodística y ciudadana

Decía Kapuscinski que el periodismo debe ser indeseable, inoportuno y certero en su impertinencia. Debe vigilar los poderes y hacerse las preguntas que no quieren que nos hagamos; debe facilitarnos respuestas a interrogantes que como humanidad debemos hacernos. Exige una alta dosis de empatía y humanidad, y exige permitir que las personas anónimas narren su propia historia.

En la última gala de los Premios Enfoque (celebrada el 24 de febrero), varias personas dedicaron sus premios a “los y las nadie” que sufren a diario las consecuencias de los recortes sociales, la violencia de género, el cierre de fronteras o las políticas internacionales criminales que esquilman recursos y condenan a la miseria a millones de personas en el mundo. Personas que construyen alternativas y que van haciendo historia. Esas, y no otras, deben ser las protagonistas de las noticias.

El periodismo debe ser impertinente; como también debe serlo la ciudadanía con respecto a los medios de comunicación. “Que exista un grupo social vigilando nuestro trabajo es bueno para el periodismo”, afirmó Iñaki Gabilondo, reconocido en la Categoría de Periodista Enfocado en la III Edición de los Premios. El día en el que, como sociedad, seamos conscientes de nuestro deber en la defensa del derecho a la información, ese día, conseguiremos enormes cambios. Confiamos en que, con estos Premios hayamos contribuido, así sea un poco, a fomentar esa conciencia global.

Confiamos también en que nuestro trabajo pueda ir más allá de una gala. ¿Se imaginan un observatorio que fomente la educación en medios y la fiscalización constante sobre la labor periodísticas? ¿Se imaginan que aumentan las demandas ciudadanas sobre los medios de comunicación, que se llevan a los tribunales las legislaciones que atentan contra el derecho a la información? ¿Se imaginan que un día salimos a la calle y…?

Premios Enfoque, una mirada crítica sobre el periodismo. Esta iniciativa sale adelante gracias al trabajo voluntario de profesionales, profesores y estudiantes de la comunicación y el periodismo. Cuenta con el apoyo de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo-España, la Universidad Jaume I de Castellón y la Universidad Complutense.

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