Como cada mañana, Flor se preparó para ir a su trabajo en la emisora La preferida estéreo en Pitalito, una ciudad al suroeste de Colombia; pero ese día, cuando llegó a los estudios de la radio, un hombre se acercó a ella, sacó un revólver y le disparó un tiro en la cabeza. Flor Alba Núñez Vargas es la última víctima de una lista de 67 periodistas asesinados en el año 2015. Con ella, suman más de setecientos en los últimos diez años, según datos de la UNESCO.
Como en la mayoría de los casos, Flor era una periodista local cubriendo noticias de su ciudad y no una corresponsal de guerra. Y es que la gran mayoría de estos crímenes se producen en contextos donde informar sobre corrupción, crimen organizado, derechos humanos o medio ambiente, entre otros temas, te puede costar la vida.
En el asesinato de Flor Alba Núñez Vargas ya está detenido el presunto autor, así que con un poco de suerte su asesinato formará parte de la escueta lista de casos que sí se resuelven, a pesar de que Colombia está entre los diez países que aparecen cada año en el Índice de impunidad que elabora el Comité para la protección de periodistas. Lo acompañan Afganistán, Filipinas, India, Irak, México, Pakistán, Rusia, Somalia y Sri Lanka.
Lo cierto es que más del 90 por ciento de los asesinatos quedan impunes, una cifra que aumenta si se considera que no siempre se da con el autor intelectual, sólo con el material. La impunidad se convierte así en uno de los mayores retos para acabar con la violencia hacia quienes ejercen el periodismo. Pero no es el único. También lo es la falta de voluntad política (a veces, la falta de recursos y capacidades), que ha quedado reflejada en los informes bienales sobre La seguridad de los periodistas y el riesgo de la impunidad que realiza la UNESCO desde el año 2006. Para su elaboración, solicita a los gobiernos información sobre el estado de las investigaciones judiciales de crímenes contra periodistas. Los resultados son desoladores. Hasta la fecha, de los 593 casos sobre los que ha pedido información, sólo ha recibido datos de 211 y de ellos, sólo 39 se han resuelto.
Ante esta realidad y tras años de campaña por parte de organizaciones de la sociedad civil, como por ejemplo las que integran la red IFEX, la Asamblea General de Naciones Unidas (NU) aprobó en diciembre de 2013 la Resolución 68/163, la primera de su historia sobre este tema. En ella declaró el 2 de noviembre como el Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas. Pero esta resolución dice mucho más. Pide a los Estados que promuevan un entorno seguro para ejercer un periodismo independiente y que prevengan la violencia contra quienes ejercen el periodismo. Y lo que es importante, pide al Secretario General que informe sobre su aplicación. Pero aquí no acaba todo. En el año 2014, la Asamblea General volvió a aprobar otra resolución similar (A/RES/69/185), en la que también pide a Ban Ki-moon que informe sobre su implementación. De nuevo, los resultados son desoladores. Cuando se pidió a los Gobiernos que enviaran información para elaborar los informes del Secretario General, en ambos casos no respondieron ni 25 de los 193 Estados que conforman NU.
La cosa no queda aquí. También el Consejo de Derechos Humanos aprobó una resolución sobre el tema en 2012 y lo volvió a hacer en 2014 (A/HRC/27/5), detallando una propuesta de medidas que los gobiernos pueden poner en marcha para acabar con la violencia contra periodistas y comunicadores. Incluso publicó un informe de buenas prácticas, pero de nuevo no contribuyeron más de 25 países.
Aún hay más. El Consejo de Seguridad acaba de aprobar la Resolución 2222 que pide a los Estados que investiguen los casos en los que los periodistas han sido blanco deliberado de ataque, incumpliendo lo que establece la ley internacional humanitaria. También, una vez más, se le pide al Secretario General que informe regularmente sobre ello.
Y para terminar. Desde el año 2012 la UNESCO coordina la implementación de la primera y única estrategia de NU para la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad, a cuya ejecución, por cierto, se pueden unir medios de comunicación, organizaciones profesionales, ONGs, etc.
Así que volviendo al principio: ¿Por qué nos debe importar el Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas?
Porque es un buen día para para empezar a supervisar lo que hacen (o no hacen) los gobiernos con estas resoluciones y si cumplen (o no) con sus compromisos. Si no informamos, si nos puede el escepticismo, un día será demasiado tarde. No estaremos aquí para contarlo.
María Joseé
Felicidades, me gusto mucho su blog!!!…. soy estudiante de periodismo en México y me parece muy interesante los datos que comparte sobre los crímenes a periodistas y sobretodo los cuestionamientos hacia los gobiernos si realmente cumplen con dichas resoluciones.
Que sigan los éxitos!!!
Silvia Chocarro Marcesse
Muchas gracias María José. Espero que sigas disfrutando del blog en el futuro. Saludos.