¿Un sueño, una pesadilla o todo lo contrario?

Te despiertas una mañana, te preparas un café y enciendes la radio para escuchar las noticias. Silencio. No se oye nada. Enciendes la televisión. Pantalla en negro. No hay señal. Te conectas a internet. Aparece un mensaje que dice: “Este servicio ya no existe”. Sales a la calle a comprarte el periódico y cuando llegas al quiosco está “cerrado hasta nuevo aviso”.

Te preguntas cómo te vas a enterar de quién ganó el debate electoral. Por no hablar del reportaje de investigación que anunciaron sobre la corrupción del gobierno municipal. Esto sí que te da rabia, ahora que por fin los habían pillado. Además, querías leer el análisis sobre la cumbre del cambio climático para entender qué es lo que está en juego. Y te vas a perder la entrevista que le hacían hoy a tu escritora favorita. Claro, y la tertulia de la tres. Por cierto ¿quién habrá ganado el partido de ayer?

Te despiertas a la mañana siguiente. No hay radio, ni tele, ni periódicos ni internet.

Y entonces te planteas si deberías salir a la calle a protestar, ahora que ya no lo puedes hacer por las redes sociales. Te preguntas si tendrías que haber dicho algo cuando empezaron a censurar contenidos en internet porque atentaban contra la “seguridad nacional”. Tal vez tendríamos que habernos manifestado cuando aprobaron aquella ley que llamaron “mordaza”. O cuando convirtieron en propaganda la información de la televisión pública. Te acuerdas de que no fuiste a la concentración de apoyo a la radio comunitaria de tu barrio. La cerraron.

Te despiertas. Silencio.

Recuerdas, entonces, una conversación que tuviste entre un grupo de amigos sobre la importancia de la información en nuestras vidas. Acababan de publicar una encuesta en la que los periodistas no salían muy bien parados. Y nos hizo gracia la pregunta de “¿qué profesión recomendaría a su hijo/a en primer lugar?”.  Y “periodista” aparecía la penúltima de la lista (CIS, 2013). Ya no nos hace tanta gracia. Nos hemos quedado sin periodistas y sin información.Ahora es cuando te empiezas acordar del rollo ese de que los medios de comunicación cumplen un papel fundamental en nuestras sociedades. Y de que la libertad de expresión y el acceso a la información son un preciado derecho humano.

Te despiertas. Todo era un sueño. ¿O una pesadilla?

 

(Este texto fue publicado en la web de Premios Enfoque de periodismo).

 

Silvia Chocarro Marcesse

Mi currículum dice que soy periodista, también investigadora y consultora en temas relacionados con la comunicación y el desarrollo. También soy activista por el derecho a la libertad de expresión. Vivo en Washington DC, pero Madrid sigue siendo mi ciudad. Paso mis días reporteando, colaborando con ONG y organismos internacionales y escribiendo mi tesis doctoral. También, disfrutando de la vida. Este blog llevará también la firma de otras personas que tienen mucho que contar sobre la comunicación, comparta o no sus opiniones. Lo importante es el debate.

Silvia Chocarro Marcesse
Mi currículum dice que soy periodista, también investigadora y consultora en temas relacionados con la comunicación y el desarrollo. También soy activista por el derecho a la libertad de expresión. Vivo en Washington DC, pero Madrid sigue siendo mi ciudad. Paso mis días reporteando, colaborando con ONG y organismos internacionales y escribiendo mi tesis doctoral. También, disfrutando de la vida. Este blog llevará también la firma de otras personas que tienen mucho que contar sobre la comunicación, comparta o no sus opiniones. Lo importante es el debate.

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Sobre este blog: Por el derecho a la libertad de expresión: nuestras voces pueden cambiar el mundo.